La Comisión de Formación del Colegio de Trabajo Social de Navarra trabaja en el plan formativo 2026
La Comisión de Formación del Colegio Oficial de Trabajo Social de Navarra se ha reunido recientemente para continuar diseñando el plan formativo del próximo año, un instrumento clave para acompañar el desarrollo profesional continuo de las personas colegiadas y responder a las transformaciones sociales, institucionales y éticas que atraviesan la práctica del Trabajo Social.
Esta comisión constituye un espacio de reflexión colectiva y estratégica, en el que se analizan las necesidades emergentes de la profesión, los retos que afrontamos en los distintos ámbitos de intervención y las competencias que es necesario reforzar para mantener una práctica profesional sólida, actualizada y comprometida.
Una formación viva y conectada con la realidad social
El enfoque del plan formativo parte de una premisa clara: la formación debe estar al servicio de la realidad profesional. No se trata solo de acumular conocimientos técnicos, sino de promover una comprensión crítica de los contextos sociales y fortalecer las capacidades que permiten actuar desde una perspectiva ética, transformadora y centrada en los derechos.
En este sentido, la Comisión apuesta por una formación viva, flexible y contextualizada, que incorpore los cambios sociales, tecnológicos y normativos, y que dé respuesta tanto a las demandas de las y los profesionales como a las necesidades detectadas en los diferentes sistemas de protección social.
Las áreas que se están revisando incluyen tanto competencias técnicas —vinculadas a la intervención, la gestión y la planificación— como competencias transversales relacionadas con la comunicación, la evaluación, la mediación, la coordinación interprofesional y el trabajo comunitario. También se contempla el fortalecimiento de las competencias digitales, un eje prioritario en un contexto cada vez más mediado por herramientas tecnológicas.
Formarse como proceso colectivo y ético
La formación no se entiende únicamente como un proceso individual, sino como una experiencia compartida que fortalece a la comunidad profesional. En los espacios de aprendizaje colectivo, las trabajadoras y trabajadores sociales intercambian saberes, perspectivas y experiencias, generando conocimiento práctico y reflexivo que retroalimenta la profesión.
Formarse es también una forma de cuidar la profesión: permite mantener una intervención de calidad, adaptada a los cambios del entorno, y reafirma el compromiso con los principios éticos del Trabajo Social —la justicia social, la dignidad humana, la equidad y la defensa de los derechos sociales—.
Mirando hacia el futuro
Desde el Colegio de Trabajo Social de Navarra seguimos apostando por una formación continua, crítica y transformadora, que no solo fortalezca las competencias de las personas colegiadas, sino que contribuya a construir un Trabajo Social más preparado, reflexivo y comprometido con los desafíos de nuestro tiempo.


